JEAN-MARC HILD (Mulhouse 1956) inició su
formación como ceramista, investigando el cálculo de
esmaltes, experimentando con la forma y el color. Este inicio lo
orientó muy pronto hacia la escultura, un arte en que produjo
obras en cerámica esmaltada, pero sobre todo en mármol
(en Carrara, Italia) o en bronce, en las que predomina la figura
femenina estilizada en volúmenes rotundos y a la vez suavemente
aristados formando facetas, con tendencia a la perspectiva múltiple
y, en el caso del bronce, un trabajo sutil y original de las pátinas.
Esta fase creativa se desarrolla en Alsacia, con múltiples
estancias en Suiza, Italia y Estados Unidos. Por otra parte, su paso
por la Academia “Mukha” de San Petersburgo (actual Academia
de Arte e Industria Stieglitz), lo impulsó al trabajo del
mosaico, que desarrolló particularmente en su taller-galería
de Banyuls-sur-mer (Francia).
Sin embargo, su experimentación
y su búsqueda en matizados y transparencias combinados con
materia y volumen tienen su mejor expresión en la pintura,
que Jean-Marc Hild no ha dejado nunca de practicar y a la que se
dedica más exclusivamente desde hace unos años, a caballo
entre Francia y España. Explora con particular penetración
la fluidez del agua y del cielo, las ondas acuáticas y etéreas,
la luz, las condensaciones y nebulosas de donde surgen, afloran,
y en las que gravitan remotos indicios de vida.
Esa exploración
ha dado lugar a paisajes cósmico-acuáticos, como los
de su serie Hundun-Espace ondulatoire. Hundun es el nombre
chino del caos original concebido como el estado de perpetuo raudal
nebuloso-acuático
del universo anterior a la separación de los elementos. En
las obras de Jean-Marc Hild en ese raudal empiezan a vibrar las primeras
manifestaciones de los fenómenos y seres en potencia, antes
de su eclosión. Eclosión que se esboza al contacto
con la luz sutil, cálida y fecunda –en sus paisajes
de alba, como los de la serie Été indien– o
que se manifiesta con más contraste al adentrarse por las
sendas que recorren la rugosa superficie terrestre y sus húmedas
oquedades –presentes en sus paisajes telúricos con la
serie “La caverne des idées”.